lunes, 25 de agosto de 2014

Te leo despacio, muy despacio, no quiero perderme ningun indicio en tu texto, quiero adivinarlo todo, saberlo todo. Me gusta imaginarme lo que sientes con cada letra que plasmas mientras creas en tu mente una historia, una idea, un mensaje. Me detengo en cada una de las letras a admirar la tipografia, cada curva trazada delicadamente por tu mano es hermosa. De pronto me detengo a escucharme y descubrir lo que tus palabras han causado en mi mente, en mi cuerpo, en mi sonrisa. Hay parrafos que me cuestan un poco de trabajo entender y algunos otros que disfruto tanto que prefiero leerlos otra vez, con mas cuidado y si es posible mas despacio.  Tus letras, tus palabras, tu historia me han llevado al punto desesperante de querer saber el final, siento una urgencia por devorar las palabras y aunque intento seguir el ritmo lento, poco a poco voy leyendote mas rápido directamente a un final que me parece genial, un final que no es definitivo, un final que me deja cerca de mi estado ideal...pensativo y con una sonrisa en los labios.

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