martes, 4 de mayo de 2010

Trato

El trato era justo
aunque no era fácil
yo debía olvidarte
tu debías ser feliz.

Hice lo requerido:
jamas te busque,
quemé lo compartido,
te regrese lo tuyo.
No traigas ahora tu memoria
cubierta de lágrimas.
No vengas a reclamarme
que no fui capaz de olvidarte.

Si no eres feliz,
no es que sea mi culpa.
Tampoco es mi culpa
que no pueda olvidarte.