Solo quiero un beso, el primero, ese que se da con la
incertidumbre de “a donde llegaremos”, ese que se da con la esperanza de
encontrar la mitad faltante y prometida, ese beso que justo antes de
concretarse convierte el estómago en un mariposario, el corazón en mil tambores, las manos en agua, la mente en un círculo infinito.
Solo quiero probar a que sabe el futuro en tu boca, que nuestros labios
inventen una historia posible, que nuestras lenguas hablen lo que callamos. No
quiero ninguna otra cosa, ni un solo paso más, si acaso poner mi mano en la
frontera de tu cintura, amenazando y solo amenazando con invadir el territorio
enemigo. Solo quiero un beso, el primero… el imposible.
jueves, 23 de mayo de 2013
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